Piratas en el Callao

Piratas en el Callao, Perú, 2005

D.: Eduardo Schuldt

Voces: Stephanie Cayo, Magda Botteri, Diego Bertie, Salvador del Solar, Gonzalo Torres, Gianfranco Brero

A.K.A.: Piratas en el Pacífico

Sinopsis: Unos niños encuentran flotando en el mar una botella con un manuscrito adentro. Ahí, Alberto narra su gran aventura en el puerto del Callao cuando visitaba, juntos con sus compañeros de escuela, la fortaleza-museo Real Felipe.


Alberto encuentra y activa una piedra mágica que lo transporta al siglo XVII (época del virreinato español). Pronto se encuentra con Ignacio, un niño proveniente del siglo XIX y que, como él, viajó mágicamente al pasado.

Pronto ambos harán amistad con Urpi, una niña indígena, y unidos enfrentarán una de las mayores amenazas que ha sufrido Perú colonial: la llegada de la flota pirata bajo las órdenes del feroz capitán L’Hermite.

Y así, estos niños de tres diferentes épocas serán los únicos que podrán salvar el Callao de caer en poder de los piratas.

Crítica: Opera prima de la empresa de cine peruano Alpamayo Entertainment, Piratas en el Callao está basado en el cuento homónimo de Hernán Garrido Lecca (quien para estre film colaboró como guionista).

La historia parte del tópico del “mensaje en la botella”: así conocemos al niño de nueve años Alberto Cabello (la voz de Stephanie Cayo), que en 1969 viaja en el tiempo al año 1624, gracias a una piedra mágica que encontró en unode los pasadizos del Real Felipe (jamás se aclara qué es realmente esa piedra y cómo llegó ahí).

Alberto hace contacto con Ignacio Pérez de Tudela (la voz de Magda Botteri), de once años, quien viene de 1866. Ambos ven cómo el puerto del Callao está a punto de ser atacado por piratas holandeses, al mando del temible Jacques L’Hermite (la voz de Alberto Isola).

Hace su aparición la niña indígena Urpi (la voz de Natalia Parodi), quien junto con su hermano Túpac ayuda a los holandeses a espiar las defensas españolas del Callao... pues el propósito de L’Hermite no es solo saquear el Callao y apoderarse del “tesoro del rey”, sino también invadir el Virreinato Peruano para convertirlo en colonia de Holanda.

Alberto es “flechado” por Urpi, por quien se entera de que los piratas son ayudados bajo la promesa de que, una vez que los holandeses expulsaran a los españoles, darían libertad a los orpimidos indios peruanos. Tras ver cómo Túpac es capturado y torturado por los castellanos, Alberto decide ayudar secretamente a L’Hermite en sus planes de invasión.

A partir de aquí se entra en el recurso del peligro de querer cambiar la Historia. Gracias a Ignacio y a una “visión”, Alberto descubre que los holandeses son esclavistas, lo que daría un terrible destino a Urpi y su pueblo si L’Hermite logra su conquista del Perú. Bueno, al parecer nuestro amiguito olvida que los españoles fueron tan crueles como los holandeses (los indios peruanos ya eran esclavos, excepto en el nombre).

Aunque basada en hechos históricos, el argumento se toma ciertas libertades, tratando de no “verbalizar” mucho ni de convertirse en una lección de Historia del Perú. La banda musical TK pone la canción de fondo La Juerga Pirata a la mitad del film, dándole un toque de “aventura épica” a la historia. Y existen personajes cómicos como el Cangrejo o el Loro Lorenzo (la voz de Pipo Gallo), que con sus gracias ayudan a amenizar la trama.

El final de la historia es casi idéntico al del cuento original, lo que ha dejado algo descontento al público, pues parece una conclusión un poco injusta. Y no han faltado quienes pidan una secuela para resolver todo y darle una verdader “happy end” a esta aventura a través del tiempo.

Esta película es la primera animación computarizada hecha en América Latina; aunque el diseño y acabado no llegan al nivel de las cintas americanas (inevitable comparación con Shrek, Toy Story o Los Increíbles), se nota una esfuerzo por darle calidad a esta obra, tanto en el dibujo como en el relato. Cierto, aún falta un largo trecho para alcanzar a Hollywood y sus producciones animadas en 3-D... pero, con Piratas en el Callao, el Perú ya comenzó con el pie derecho.