sábado, 15 de octubre de 2011

Caballo de Troya

Caballo de Troya, Editorial Planeta, Barcelona, 1984

A.: J.J. Benítez

A.K.A.: Caballo de Troya - Jerusalén

Sinopsis: En 1981, el periodista español J.J. Benítez recibe de un amigo americano, ex militar, su última voluntad: que él de a conocer al mundo "su legado". A esto le sigue una serie de pistas. Tras descifrar los acertijos y recorrer varios lugares de Estados Unidos, Benítez accede a un voluminoso documento manuscrito. Ahí, el difunto yanqui narra su participación en un proyecto gubernamental ultra-secreto: Caballo de Troya.

Benítez empieza a ser perseguido por siniestros agentes del FBI, que tratan de evitar a toda costa que ese top secret sea dado a conocer. Y es que Caballo de Troya narra un viaje transtemporal que llevó al autor del manuscrito a presenciar y hasta participar de los últimos once días en la tierra de Jesús de Nazaret, EL CRISTO.

Crítica: El periodista J.J. Benítez, uno de los más conocidos ufólogos de España y autor de varios libros del tema, tomó un nuevo rumbo con su novela Caballo de Troya. Abandona quí la investigación de los ovnis para entrar en lo que hoy llamamos teología light.

La aventura comienza de un modo análogo a las de Indiana Jones: una serie de pistas a seguir, unos implacables perseguidores que buscan lo mismo que el protagonista, y el descubrimiento del "tesoro". Ahora los acosadores deberán ser burlados por el héroe, quien tratará huir con su valioso descubrimiento.

A partir de aquí viene el contenido del manuscrito, donde el fallecido militar relata el proyecto militar Caballo de Troya. En 1973, él y un compañero, bajo los nombres claves de "Jasón" y "Eliseo", viajan al año 30 de la Era Cristiana, y confirman lo que los Evangelios relatan de la pasión y muerte de Jesucristo.

El detalle y minuciosidad del relato es tal, que muchos lectores equivocadamente creyeron (y algunos todavía creen) que Benítez estaba dando a conocer un documento auténtico. La explicación técnica del viaje transtemporal contribuye a esto, pese a que la tecnología descrita era imposible en 1973 (sin contar con lo ridículo de la base científica).

Se opina que Mel Gibson debió de leer esta novela para inspirarse en su film La Pasión de Cristo, pues la detallada descripción de la tortura física de Cristo es sospechosamente similar. Por otra parte, en varios pasajes, Jasón y Eliseo presencian prodigios que no son sino un disimulado "autobombo" que benítez hace a otro libro suyo, Los Astronautas de Yavéh.

Pese a una que otra contradicción con lo expuesto en lo Evangelios, y un solapado anti-catolicismo del autor, Caballo de Troya es una muerta de la ficción "religiosa" que parte del supuesto de que "no todo fue tal y como la Biblia lo describe". Un ejemplo que recientemente Dan Brown retomó en su obra El Código Da Vinci.

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