Secret of the Incas, USA, 1954
D.: Jerry Hopper
I.: Charlton Heston, Robert Young, Thomas Mitchell, Nicole Maurey
Sinopsis: El americano Harry Steele descubre accidentalmente el paradero del legendario Gran Sol de Oro, escondido en las montañas del Cuzco (Perú). Planea la manera de llegar a las ruinas de Machu Picchu, donde está oculta ese enjoyado disco solar incaico, valorado en un millón de dólares.
Acompañado por la europea Elena Antonescu y seguido por el ambicioso yanqui Ed Morgan, Harry logra llegar a la ciudad inca de Machu Picchu. Pero encuentran ahí una expedición arqueológica que acaba de hallar la tumba de Manco, el último inca (donde el Gran Sol está oculto).
El pueblo indígena está pendiente de que se recupere el Gran Sol que permitirá restaurar el Imperio de los Incas. Harry y Ed planean apoderarse de él, pero una traición y un llamado a la conciencia dará un inesperado giro a los emocionantes acontecimientos por venir.
Crítica: Considerada como la inspiración obligatoria de Indiana Jones, El Secreto de los Incas retoma el tema del famoso tesoro. Rodada en el Cuzco, no solo es un film de aventuras sino también una excelente propaganda de los atractivos turísticos del Perú (curiosamente, en 1954 los turistas no tenían aún acceso a la ciudad incaica de Machu Picchu).
El yanqui Harry Steele (Charlton Heston) entra en posesión de una “piedra” que indica dónde se halla oculto la mítica joya incaica conocida como el Gran Sol de Oro. Su compatriota, el inescrupuloso Ed Morgan (Thomas Mitchell), también codicia el valiosísimo disco solar, por lo que seguirá a Harry hasta las aisladas montañas de los Andes Peruanos.
Tras ayudar a la rumana Elena Antonescu (Nicole Maurey) a desertar de la Cortina de Hierro (graciosa secuencia del robo de un aeroplano), Harry y su amiga llegan a las ruinas de Machu Picchu. Encuentran una expedición arqueológica peruano-yanqui que acaba de descubrir la tumba de Manco, último líder inca (quien escondió de los bárbaros españoles el Gran Sol).
Los indígenas están pendientes del hallazgo del Gran Sol, pues al devolverlo a su templo renacería el Imperio de los Incas. La expedición gringa del profesor Stanley Moorehead (Robert Young) no cree en la existencia del dorado disco solar, pero Harry descifra secretamente las pistas que apuntan a dónde está realmente oculta la valiosísima joya incaica.
… Llegaron a un amplísimo recinto en cuyo fondo se alzaba la imagen del Sol - un disco de oro que brillaba como una ascua, todo engastado en fina pedrería… (Tempestad en los Andes, Luis E. Valcárcel, 1927)
Todos los que hayan visto las cintas del arqueólogo del látigo y del sombrero reconocerán en Harry Steel su modelo casi seguro. Su aspecto es muy similar, aunque Harry no es sino un forajido que busca el disco solar por valer un millón de dólares, lo que no lo hace tan distinto del “villano” Ed Morgan (aún cuando Harry sea más carismático que Ed).
Aparte de la persecución comunista de la que Harry rescata a Elena (desafío a una poderosa amenaza extranjera), las pistas ocultas en piezas arqueológicas (el mapa incaico esculpido) nos remite a las aventuras de Indy. Harry hallando el Gran Sol en la tumba de Manco Inca (gracias a un “juego de luces”) es casi un calco de esa otra inolvidable secuencia de Los Cazadores del Arca Perdida.
Podría decirse que el personaje de Stanley Moorehead es el que lleva ese “espíritu arqueológico” que le falta a Harry para ser el “antepasado” de Indiana Jones. Su romance con Elena pone a la joven a elegir entre el amor de un apuesto pillo o un partenal caballero.
Una mención aparte merecen los hermanos Pachacútec y Kori-Tika, cuzqueños que lideran al pueblo indígena que aguarda esperanzado que el Gran Sol sea hallado en la tumba de Manco Inca. Pachacútec es interpretado por el australiano Michael Pate, mientras que Kor-Tika es la cantante peruana Yma Sumac, que entona tres canciones quechuas con su magnífica voz.
Estos nativos peruanos ponen una cuota de reflexión. En los Andes de los años cincuenta, los criminales hacendados criollos (blancos) explotaban impunemente a los indios, manteniéndolos en cruel esclavitud. En el film, el hallazgo del Gran Sol les devolvería su libertad y dignidad; en la realidad histórica, ello se daría en 1969, con la justiciera Reforma Agraria.
Al final, la conciencia de Harry es puesta a prueba, determinándose si será un bribonzuelo o un noble héroe merecedor de Elena. La escena final, en el Templo del Sol, se ve algo predecible y hasta moralista (pese a la pequeña “travesura” de Harry), pero el imponente paisaje incaico y la gloriosa voz de Yma Sumac la convierten en una conclusión casi épica.
El ficticio Gran Sol (14 kilos de oro, con 119 diamantes y 243 piedras preciosas) es muy similar al dorado (y auténtico) disco solar del templo cuzqueño de Coricancha (conocido vulgarmente como el Sol de Echenique). Y su aparición final nos hace recordar un pasaje de la ya citada obra de Valcárcel: En lo alto de las cumbres andinas, brillará otra vez el sol magnífico de las extintas edades.
Sin tener las dosis de aventuras y humor de los films de Indiana Jones, El Secreto de los Incas es una joya fílmica injustamente olvidada (un remake no estaría nada mal). Otros aventureros como Indy y MacGyver buscarán también el Tesoro de Manco, pero en esta película se establece algo a recordar: las infinitas riquezas del extinto incanato tienen un único heredero: el pueblo del Perú.
D.: Jerry Hopper
I.: Charlton Heston, Robert Young, Thomas Mitchell, Nicole Maurey
Sinopsis: El americano Harry Steele descubre accidentalmente el paradero del legendario Gran Sol de Oro, escondido en las montañas del Cuzco (Perú). Planea la manera de llegar a las ruinas de Machu Picchu, donde está oculta ese enjoyado disco solar incaico, valorado en un millón de dólares.
Acompañado por la europea Elena Antonescu y seguido por el ambicioso yanqui Ed Morgan, Harry logra llegar a la ciudad inca de Machu Picchu. Pero encuentran ahí una expedición arqueológica que acaba de hallar la tumba de Manco, el último inca (donde el Gran Sol está oculto).
El pueblo indígena está pendiente de que se recupere el Gran Sol que permitirá restaurar el Imperio de los Incas. Harry y Ed planean apoderarse de él, pero una traición y un llamado a la conciencia dará un inesperado giro a los emocionantes acontecimientos por venir.
Crítica: Considerada como la inspiración obligatoria de Indiana Jones, El Secreto de los Incas retoma el tema del famoso tesoro. Rodada en el Cuzco, no solo es un film de aventuras sino también una excelente propaganda de los atractivos turísticos del Perú (curiosamente, en 1954 los turistas no tenían aún acceso a la ciudad incaica de Machu Picchu).
El yanqui Harry Steele (Charlton Heston) entra en posesión de una “piedra” que indica dónde se halla oculto la mítica joya incaica conocida como el Gran Sol de Oro. Su compatriota, el inescrupuloso Ed Morgan (Thomas Mitchell), también codicia el valiosísimo disco solar, por lo que seguirá a Harry hasta las aisladas montañas de los Andes Peruanos.
Tras ayudar a la rumana Elena Antonescu (Nicole Maurey) a desertar de la Cortina de Hierro (graciosa secuencia del robo de un aeroplano), Harry y su amiga llegan a las ruinas de Machu Picchu. Encuentran una expedición arqueológica peruano-yanqui que acaba de descubrir la tumba de Manco, último líder inca (quien escondió de los bárbaros españoles el Gran Sol).
Los indígenas están pendientes del hallazgo del Gran Sol, pues al devolverlo a su templo renacería el Imperio de los Incas. La expedición gringa del profesor Stanley Moorehead (Robert Young) no cree en la existencia del dorado disco solar, pero Harry descifra secretamente las pistas que apuntan a dónde está realmente oculta la valiosísima joya incaica.
… Llegaron a un amplísimo recinto en cuyo fondo se alzaba la imagen del Sol - un disco de oro que brillaba como una ascua, todo engastado en fina pedrería… (Tempestad en los Andes, Luis E. Valcárcel, 1927)
Todos los que hayan visto las cintas del arqueólogo del látigo y del sombrero reconocerán en Harry Steel su modelo casi seguro. Su aspecto es muy similar, aunque Harry no es sino un forajido que busca el disco solar por valer un millón de dólares, lo que no lo hace tan distinto del “villano” Ed Morgan (aún cuando Harry sea más carismático que Ed).
Aparte de la persecución comunista de la que Harry rescata a Elena (desafío a una poderosa amenaza extranjera), las pistas ocultas en piezas arqueológicas (el mapa incaico esculpido) nos remite a las aventuras de Indy. Harry hallando el Gran Sol en la tumba de Manco Inca (gracias a un “juego de luces”) es casi un calco de esa otra inolvidable secuencia de Los Cazadores del Arca Perdida.
Podría decirse que el personaje de Stanley Moorehead es el que lleva ese “espíritu arqueológico” que le falta a Harry para ser el “antepasado” de Indiana Jones. Su romance con Elena pone a la joven a elegir entre el amor de un apuesto pillo o un partenal caballero.
Una mención aparte merecen los hermanos Pachacútec y Kori-Tika, cuzqueños que lideran al pueblo indígena que aguarda esperanzado que el Gran Sol sea hallado en la tumba de Manco Inca. Pachacútec es interpretado por el australiano Michael Pate, mientras que Kor-Tika es la cantante peruana Yma Sumac, que entona tres canciones quechuas con su magnífica voz.
Estos nativos peruanos ponen una cuota de reflexión. En los Andes de los años cincuenta, los criminales hacendados criollos (blancos) explotaban impunemente a los indios, manteniéndolos en cruel esclavitud. En el film, el hallazgo del Gran Sol les devolvería su libertad y dignidad; en la realidad histórica, ello se daría en 1969, con la justiciera Reforma Agraria.
Al final, la conciencia de Harry es puesta a prueba, determinándose si será un bribonzuelo o un noble héroe merecedor de Elena. La escena final, en el Templo del Sol, se ve algo predecible y hasta moralista (pese a la pequeña “travesura” de Harry), pero el imponente paisaje incaico y la gloriosa voz de Yma Sumac la convierten en una conclusión casi épica.
El ficticio Gran Sol (14 kilos de oro, con 119 diamantes y 243 piedras preciosas) es muy similar al dorado (y auténtico) disco solar del templo cuzqueño de Coricancha (conocido vulgarmente como el Sol de Echenique). Y su aparición final nos hace recordar un pasaje de la ya citada obra de Valcárcel: En lo alto de las cumbres andinas, brillará otra vez el sol magnífico de las extintas edades.
Sin tener las dosis de aventuras y humor de los films de Indiana Jones, El Secreto de los Incas es una joya fílmica injustamente olvidada (un remake no estaría nada mal). Otros aventureros como Indy y MacGyver buscarán también el Tesoro de Manco, pero en esta película se establece algo a recordar: las infinitas riquezas del extinto incanato tienen un único heredero: el pueblo del Perú.
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